sábado, 13 de agosto de 2016

II CICLOCLÁSICA CARDEÑA – SANTUARIO DE LA VIRGEN DE LA CABEZA


Sábado 13 de agosto de 2016:


Son las 5:30 de la madrugada y un pequeño grupo de amigos del Club Mtb Cardeña nos hemos dado cita en la bonita pero a estas horas oscura plaza de nuestro pueblo.
Hoy nos espera una ruta diferente a lo que estamos acostumbrado. Hemos dejado aparcadas por un día nuestras 29 pulgadas y el carbono para sacudir el polvo a 5 bicicletas clásicas que aunque con muchos años a cuestas se conservan como auténticas jovenzuelas. Estas viejas glorias nacieron a finales de los años 70 y principios de los 80 y con unos pocos cuidados y algo de mimo nos demostrarán de lo que son capaces durante esta divertida y entretenida jornada que nos espera por delante y que mezcla un poco de aventura, locura, devoción por visitar a la Morenita y todo ello regado con un magnífico ambiente, gracias a mis compañeros de viaje, mi primo Juan Ramón Sanfer montando una flamante Menelli de carretera recién restaurada y mis amigos, Jorge que llevará una Bicicross BH, José Ramírez una BH plegable de paseo y Juan Gorbano una Rabasa Supercross. A estas 4 clásicas les acompañará otra Bicross BH con marchas que será la que monte él que os habla.





Tras reunirnos e intercambiar las primeras impresiones en la plaza, casi todos coincidimos en que los nervios han hecho estragos durante la noche impidiendo que descansáramos todo lo deseado, pero bueno, eso ya da igual, lo importante es que estamos preparados y nuestra pequeña aventura empieza ya !!!!!!

Así que sin pensarlo más, emprendemos la marcha abandonando las adoquinadas y desiertas calles de Cardeña, tomando rumbo hacia Venta del Charco, no sin antes tomar la pertinente fotografía de familia.


Comenzamos enseguida a disfrutar de la calma y tranquilidad que se respira a esas horas de la madrugada, con la noche todavía haciéndose dueña de los lugares por donde vamos transitando.
En medio de la recta de La Corcovada me llama la atención la sombra que forma mi silueta iluminada por los potentes focos de mis compañeros de aventura a los que precedo.



Circulamos tranquilos, vamos charlando y el frescor de la noche es una auténtica maravilla. Sin darnos cuenta llegamos a Venta del Charco. 


Nuestra peregrinación continua y en breve comenzamos el vertiginoso y endiablado descenso de Los Rasos. Realizar este tipo de bajadas con un trazado donde predominan las curvas, algunas de ellas bastante cerradas y además, hacerlo a lomos de este tipo de bicicletas hacen que la sensación de velocidad se multiplique y sea muy especial.


Tras la larga bajada y en las proximidades del embalse del Yeguas comenzamos a divisar a nuestra izquierda el resplandor del amanecer que quiere abrirse camino entre el horizonte, un verdadero espectáculo.
La belleza del nuevo día nos brinda unos momentos inolvidables. Momentos que nuestro amigo Juan Gorbano ameniza "pinchando" una animada música de reguetón gracias a un pequeño equipo instalado en su bicicleta, al igual que hacía en la desaparecida discoteca Sibila de Cardeña, hace ya algunos años. 



Al llegar a las proximidades de Marmolejo hacemos un pequeño alto en el puente romano que cruza el Guadalquivir, cuyas aguas en esta época del año discurren tranquilas y calmadas. 




Poco más adelante, ya en las calles de Marmolejo, nos encontramos con nuestro amigo Rafael Delgado que había salido a nuestro encuentro desde Andújar. Tras los saludos continuamos nuestro viaje dirección Andújar. El terreno que separa estas dos localidades jienenses es llano, por lo que aprovechamos para ir charlando relajadamente y conservar así fuerzas que nos harán falta más adelante, cuando el terreno comience a empinarse.





En Andujar detenemos la marcha para tomar relajadamente un café acompañado de unas tostadas. Mientras tomamos el desayuno al que Rafael  nos invitó gentilmente, llamamos a nuestro amigo Pablo Corea para saber por donde viene. Pablo había salido algo más tarde de Cardeña y viene en nuestra búsqueda, como ya hizo el año anterior para acompañarnos durante parte de nuestro camino. Como viene bastante lejos todavía, decidimos continuar, estamos seguro que vendrá como un reactor y en breve nos dará caza.



Pasado Andujar comenzamos a circular por la carretera que nos lleva a La Virgen. El terreno poco a poco empieza hacerse más duro y los primeros repechos son un preludio de lo que nos espera por delante. Los tramos de subida comienzan a enseñarnos su dura cara cuando se viaja con este tipo de bicicletas, cuyos desarrollos sumado a su peso,  te obligan sin más remedio a ponerte de pie, tirar de riñones y olvidarte de ir sentado.


A los pocos kilómetros, Jorge sufre un pinchazo y mientras nos disponemos a cambiar la cámara, recibimos con gran alegría por fin a Pablo, que como nos tiene acostumbrados viene repartiendo simpatía y su habitual sentido del humor. Tras la reparación nos despedimos de Pablo que tiene que volver de nuevo a Cardeña.



Proseguimos la marcha, nuestra próxima parada será en el Centro de visitantes del Parque Natural Sierra de Andujar, situado en Viñas de Peñallana, donde nos detenemos para deleitarnos y sorprendernos con las recreaciones del habitat de algunas de las especies más emblemáticas del parque, como el lince y el lobo.






Tras la interesante visita, es hora de despedir a Rafael que se vuelve para Andujar. Nuestro pequeño pelotón ciclista vuelve a quedarse de nuevo con las unidades iniciales. 





El reloj sigue corriendo y la temperatura subiendo, tras intercambiar impresiones entre todos los integrantes de esta aventura, decidimos que lo mejor para evitar que se nos haga tarde y el calor haga de las suyas, será hacer el resto del recorrido realizando una única parada antes de llegar al Santuario. Esta parada la realizaremos en el mirador del Jabalí donde una fuente nos refrescará antes de atacar la última parte de nuestro recorrido, sin duda alguna, el más exigente y donde además del cansancio acumulado se une una gran pendiente y el termómetro ascendiendo.






Durante estos últimos kilómetros Jose Ramírez nos demuestra su gran valentía y tesón.
Retorciendo su BH pedalada tras pedalada va salvando poco a poco cada curva que vamos encontrando. A estas alturas de nuestra aventura y para concluirla de forma satisfactoria, lo mejor es ponerse pequeñas metas, como por ejemplo la próxima curva.  

  
Y así, salvando cada curva de los últimos kilómetros de nuestro camino y también porque no decirlo, con un poquito de sufrimiento por fin llegamos a la Plaza del Santuario donde nos reagrupamos de nuevo los cinco para subir al Cerro del Cabezo. Allí nos espera nuestra querida Virgen de la Cabeza que impasible aguarda siempre a todos aquellos, que como en nuestro caso, buscan de su regazo una fuente de paz, tranquilidad y alegría. 






A las 12:45 h.salvadas ya las rampas del Cerro y llegados a los pies del Santuario, es hora de felicitarse, no es para menos. La alegría nos invade aunque no demos mucha muestra de ello, el cansancio y la fatiga en estos momentos nos tienen un poco acongojados.


Tras 88 km en nuestras piernas montados es estas viejos cacharros cargados de historia, nuestra loca ocurrencia ha llegado a su fin y es hora de cargar las bicicletas al coche. Mientras hacemos esto último nuestro presidente Jorge nos sorprende a todos consiguiendo unos fríos y reponedores tercios de Cruzcampo en la cercana Hospedería. Tomarse una cervecita bien fría en el mismo Santuario, después de la paliza que traíamos en el cuerpo no tiene precio. Estoy seguro que lo recordaremos toda la vida. 

Pero si creíamos que nuestro sufrimiento había acabado, estábamos equivocados. Mientras recogíamos, Jorge sufrió un pequeño percance al intentar cortar una brida que le causó un profundo corte en un dedo de la mano que durante un rato le dejó fuera de juego y algo mareado. Tres puntos de sutura en el consultorio al llegar a Cardeña y tema solucionado!!

Pasado el pequeño susto y con Jorge de nuevo operativo llegaba el esperado momento de bajar al bar de la plaza a tomarnos unos tanques de cerveza y a picotear algo para recuperar las fuerzas gastadas. 



Como en cada ocasión que visitamos a La Morenita y terminada ya la aventura, las buenas sensaciones inundan mi interior y provocan que ya esté de nuevo pensando cuando será nuestra próxima visita a la señora de Sierra Morena. La cuenta atrás acaba de comenzar .......


Y nada más, por último mi más sentido agradecimiento a mis compañeros de fatigas en esta peculiar ruta. Muchas gracias por todo chicos y el año que viene a repetir !!


2 comentarios:

  1. Me gusta mucho, Antonio, tu forma cercana y sincera de contar las cosas. Enhorabuena y, como pueda, el año que viene me sumo a la aventura! Un abrazo, amigo!

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  2. Muchas gracias Miguel Angel. Ya veras que bien te lo pasas. Un abrazo!!

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