sábado, 8 de septiembre de 2012

SUBIDA A LA BOLA DEL MUNDO (FINAL DE ETAPA VUELTA CICLISTA A ESPAÑA)








Crónica:

 Sábado 8 de septiembre de 2012.Son las 7.15 h de la mañana y tras el madrugón , el desayuno y montar las bicis al coche, José Ramírez que se había dado un salto desde Cardeña a Madrid, mi vecino Carlos y un servidor, salimos de casa con dirección a la localidad madrileña de Cerdedilla. Este será el punto de partida de la ruta que haremos y que nos llevará a la Bola del Mundo, final de la penúltima etapa de la vuelta ciclista a España 2012.

Salimos de Cercedilla dirección al puerto de la Fuenfría. Este trayecto lo hacemos subiendo por una pista forestal escoltados en todo momento por un bello bosque de pino silvestre. Durante estos 15 km de ascensión realizamos varias paradas para deleitarnos con las vistas de las que se pueden disfrutar desde varios de los miradores que nos encontramos. Desde uno de ellos vemos a lo lejos las antenas de La Bola del Mundo, lo que nos hace empezar a soplar pensando lo que nos espera hasta llegar allí.

Desde el inicio y durante todo el recorrido vamos encontrando mucha gente que ó bien andando ó bien en bicicleta disfrutan de esta bonita sierra los fines de semana y se dirigen también a ver el final de la etapa ciclista.

Coronado el puerto y después de haber disfrutado de las vistas del valle de la Fuenfría continuamos por un camino que nos llevó a la carretera que sube al puerto de Navacerrada por su vertiente segoviana. Este camino en su parte final nos sorprendió con un paisaje que parecía salido de un cuento.

Al llegar a la carretera nos quedaban 7 km de dura subida con rampas constantes al 7 y 8 % para llegar al puerto de Navacerrada. En estos kilómetros están enclavadas las famosas 7 revueltas de Valsaín. Son 7 cerradas curvas muy famosas entre los ciclistas madrileños y por las que en años anteriores ha pasado el pelotón ciclista de La Vuelta.
Este tramo de carretera lo hacemos apenas sin tráfico de coches ya que estaba cerrado con motivo del paso de La vuelta ciclista por Navacerrada. Solo les estaba permitido la circulación a los coches y autubuses de los equipos y la organización.
Poco a poco llegamos a la cima del puerto donde la altitud es de 1858 m. aunque a falta de 2 km empezó a llover y esto hizo que llegásemos arriba literalmente empapados. Después de refugiarnos más de una hora debajo de un abarrotado puesto de ropa y temiéndonos no poder subir a La Bola, las plegarías a todos los santos de los que me acordé parece que dieron fruto y por fin se detuvo aquella lluvia, ó mejor dicho, aquel diluvio. Durante esos interminables momentos los tiritones empezaron hacer acto de presencia y la verdad que me dejaron fuera de juego y muy desanimado durante unos momentos. Por fin cuando paró de llover nos pudimos cambiar de ropa y comenzar con la empinada y exigente ascensión a La Bola del Mundo.

Este alto realmente se llama Alto de Guarramillas, pero tomó su nombre del único programa de TVE 1 que retransmitía en el momento de la instalación del repetidor. El programa se llamaba “La Bola del Mundo”. La cima a 2265 m de altitud, en el que se levantan las antenas repetidoras de radio y televisión, situada en plena Sierra del Guadarrama en el límite de Madrid con Segovia, es un auténtico balcón con vistas a Madrid, Peña Lara, La Pedriza y El valle del Lozoya. La escalada será un verdadero castigo para todos los ciclistas después de casi 3 semanas de carrera y como no, también para José, Carlos y para mí, que pasamos lo nuestro para subir sin echar el pie al suelo.

Durante el primer tramo costaba abrirse paso entre la gente que subía andando pero poco a poco fuimos sorteándolos y prosiguiendo la marcha. La presencia de público que había subido para seguir la vuelta era tremenda, ya que por allí pasaría la serpiente multicolor hasta en dos ocasiones a lo largo de la jornada.
El ambiente era de fiesta y era impresionante como escuchábamos los ánimos de mucho del personal allí presente. José que me iba precediendo recibió hasta empujones de la gente, que emocionada quería ayudarle para que siguiera subiendo.

La carretera que sube a la Bola es de hormigón muy rugoso, con grietas, y en algunos tramos está muy desgastado lo que hacía que las ruedas de las bicis se pegasen al terreno de manera muy notable. La subida tenía unas rampas bestiales con un porcentaje medio del 11.8 %. En algunos puntos se alcanzaban porcentajes de más del 21 %. Tenía algunas curvas de herradura que son espectaculares. Empezaba a imaginarme lo que les costaría a los profesionales subir por ahí con las flacas en carrera. Gracias a Dios que las bicicletas de montaña disponen del querido molinillo que nos facilitó mucho las cosas a José, a Carlos y a mí.

Finalmente conseguimos llegar arriba y hacernos unas fotografías cercanas a la línea de meta. Aquello estaba muy concurrido de público, organización y demás.
Tras deleitarnos con las vistas impresionantes que el sitio nos regaló y hacernos las fotos de rigor dimos media vuelta volviendo por donde habíamos subido.
Al poco de emprender la bajada paramos en el bar más alto de toda la Comunidad de Madrid, es el del telesilla. Allí nos tomamos tranquilamente y haciendo tiempo hasta que llegase la carrera, unas cervecitas y un bocadillo. No sé, si por la altitud ó por toda la tralla que nos habíamos metido, pero a mí me supieron a gloria y me sentaron de maravilla tanto las cervezas como el sabroso bocadillo de lomo.
Antes de proseguir la bajada para buscar sitio en algún tramo donde poder ver la subida observamos una imagen cercana de la Virgen de Las Nieves, patrona de los esquiadores, la cual nos llamó la atención por llevar colgados a la espalda unos esquís.

Cuando tuvimos localizado un buen sitio donde ver la carrera, aparcamos las bicicletas y montamos el campamento. Ahora tocaba esperar hasta las 5 y media de la tarde aproximadamente, según el horario de la organización.

Según se acercaba la hora del paso de los ciclistas el nerviosismo se apoderaba de nosotros y de todo el mundo que esperaba.
A lo lejos se empezaba a escuchar el ruido de los helicópteros que anunciaba la llegada de los corredores. Por fin empezamos a ver llegar las motos que desprendían mucho olor a embrague quemado y que precedían la cabeza de carrera.. ¿Quién vendrá en cabeza? ¿Podrá Contador hoy con Purito y Valverde?
Por fin salimos de dudas y tras ver pasar a varios escapados vimos como era Purito el que aventajaba a Contador y Valverde.
Realmente había merecido la pena habernos atrevido a subir allí, sobre todo a José que había venido desde Cardeña, para ver el esfuerzo de estos deportistas que parecen máquinas en vez de humanos.

Poco a poco continuaron pasando el resto de corredores totalmente desperdigados y con auténticas caras de sufrimiento hasta que pasó el último y llegó el momento de emprender el regreso a nuestro punto de partida. Así que bajamos casi como en procesión hasta el Puerto de Navacerrada, donde estaban todos los coches y autobuses de los equipos ciclistas.
Posteriormente comenzamos la bajada a Cercedilla por carretera. Y así, terminando el día con una larga bajada, finalizamos una fabulosa jornada donde disfrutamos de mountain bike por la sierra norte de Madrid y del ciclismo profesional que La vuelta ciclista a España enseña allá por donde pasa. La verdad que ha sido una de las mejores experiencias que he vivido últimamente y a esto ayudó mucho la compañía entrañable de mi amigo José Ramírez y mi vecino y amigo Carlos.