sábado, 16 de abril de 2011

IV SUBIDA A LA VIRGEN DE LA CABEZA




Crónica:
 
1ª Etapa - De Cardeña a La Virgen por Fuencaliente:
De nuevo ha llegado el día. Es un día de reencuentros, es el primer día de un fin de semana de convivencia entre los amantes del ciclismo del pueblo. Como en ediciones anteriores volvemos a reunirnos un nutrido grupo de ciclistas, la mayoría de Cardeña aunque con la presencia también de otros compañeros de Montoro y Córdoba. Nuestro objetivo es disfrutar de dos días donde el ciclismo de montaña será el protagonista y la escusa para vivir y compartir los gratos momentos que proporciona este deporte y la compañía de los compañeros y de los amigos. 
La plaza, lugar que siempre nos ve partir, este año está más animada que nunca. El grupo ha subido en número de integrantes y ya somos 16 los afortunados en disfrutar de esta subida a La Virgen de la Cabeza. Acontecimiento que cada año llama más la atención de compañeros que se unen a esta experiencia y que levanta la curiosidad y expectación entre los vecinos del pueblo que pasan por allí y nos ven partir.
Las caras nuevas de este año son Juan Luis Olmo, Ricardo Gómez, Antonio Toledano, Manolo Dávila, los dos chicos de Montoro (Javi y su amigo) y mi hermano Félix al que me alegra enormemente tener a mi lado en esta peregrinación ciclista. Todos ellos demostraron un gran mérito y un gran tesón superando con valentía las dos importantes dificultades montañosas de las que consta La Subida y los casi 150 km que se hacen durante las dos etapas de las que consta esta marcha.

A las 9:00 h y después de la alegría de vernos de nuevo y hacernos las pertinentes fotos, es hora de partir y comenzar con el itinerario de ida que nos lleva inicialmente hasta Fuencaliente. En estos primeros kilómetros que en la mayoría son de bajada y por la carretera nacional, todavía se nota el fresco de las primeras horas de la mañana. Por suerte enseguida entramos en calor con la primera subida que hay que afrontar nada más abandonar la carretera y adentrarnos en el camino.

Como siempre, en este tramo de ruta suelo ir en la parte de atrás del grupo, disfrutando de la conversación. Siempre hay mucho que hablar entre amigos a los que nos une la misma afición. También aprovecho para hacer todas las fotografías que puedo. A nuestra izquierda vamos contemplando Sierra Quintana y algo más lejos Sierra Madrona, por la que siento una gran devoción y admiración. Circulamos por una buena pista con grandes bajadas y con algunas curvas con tierra donde hay que tomar precauciones para no tener ningún susto.

Atravesamos el río Valmayor, majestuoso por su caudal en invierno y otoño pero más tranquilo en esta época del año, con la primavera ya en pleno esplendor. También paramos en un mirador donde las vistas invitaban a contemplar tranquilamente aquellas sierras que antes mencionaba. La primavera regala a la ruta un bello colorido que no pasa desapercibido para algunos sentidos como el olfato y la vista.
Algunos siempre intentamos capturar con los objetivos de nuestras cámaras esas bellas estampas para tenerlas siempre a mano y poder recordarlas en momentos de añoranza.

Llegamos al plato fuerte del día que es la subida de la Cuesta del Carnero, más conocida por todos nosotros como el Angliru de Sierra Morena, nombre con el que fue bautizada el año anterior por Juanjo. Es una subida casi imposible debido a sus empinadas rampas. El año pasado pudo conmigo y este año empecé a subir con paso más lento y desarrollo muy suave, intentando reservar todo lo posible para la última parte, que es la zona más dura. Finalmente este año no pude tomarme la revancha y también tuve que poner pies a tierra porque la bici se levantaba de la parte de alante debido al peso de las alforjas. Pepe fue el primero en coronar, demostrando su ya conocida faceta de escalador y ganando el premio de la montaña de ese día.

Una vez coronada esta dura ascensión hicimos una parada para descansar y recobrar fuerzas tomando un bocado.

Después proseguimos la marcha para llegar enseguida a la carretera que nos lleva hasta La Virgen. Este tramo al ser asfaltado se hace bastante rápido y como el que no quiere la cosa vamos viendo el Santuario cada vez más cerca según vamos tomando cada curva.

En una de las paradas que hicimos en uno de los miradores de los que hay en este tramo, recibimos con alegría a Justi que por motivos de trabajo no nos había podido acompañar desde el principio y vino a nuestro encuentro sin casi dormir después de haber trabajado la noche anterior. 

Sin más llegamos a la plaza. Aquí abandono al grupo que continua hacia El Santuario por la carretera y me dirijo hacia la calzada de piedra para subir por ahí hasta El Cerro. Dicen que la fe mueve montañas, pues esa misma fe fue la que me ayudó a subir hasta arriba, manteniéndome encima de la montura sin echar los pies al suelo y consiguiendo evitar los continuos envites de la parte delantera de la bici que al rodar por las piedras con las alforjas cargadas, solo quería empinarse como si de un caballo salvaje se tratase. En los últimos metros solo escucho ánimos de la gente que está por allí y también los de Jose Ramírez que encabeza a todo el grupo y que también está llegando arriba.
Fue en ese momento donde la emoción se apoderó de mí e hizo que de mis ojos brotasen unas lagrimillas que durante unos minutos me impidieron articular palabra. Las gafas de sol fueron unas buenas aliadas para disimularlo. 

La Virgen de la Cabeza nos esperaba impasible otro año más. Es la auténtica razón que me lleva hasta allí. Nos hicimos la foto de rigor a pies del Santuario y a continuación aproveché para contemplarla y pedirle como siempre por el bienestar de los seres queridos.
Otra de las cosas de las que uno no debe dejar de disfrutar allí arriba es contemplar las vistas de todo el entorno que rodea este bello lugar. En mi caso así lo hice, maravillándome como la primera vez.

Tras la visita a nuestra querida madre es hora de despedirse de ella. Bajamos al restaurante para comer. Allí las primeras cervezas que nos tomamos entran como el agua y saben a gloria. Sinceramente es uno de los grandes momentos del día y genera en todos una rebosante alegría. También nos reunimos allí con los padres de Manolo y Fran que vinieron acompañando durante todo el recorrido y con mi primo Rafa que vino probando su nueva moto que no pasó desapercibida pues conserva todavía la decoración de su antiguo dueño, nada menos que La Policía.

Después de disfrutar de la comida, bajamos a la casa de la Cofradía de Cardeña para darnos una ducha y descansar.

Por la tarde después del descanso, es hora de disfrutar de la tranquila tertulia en la terraza de La Mirada, donde seguimos riendo y pasándolo bien.

Como el año pasado Real Madrid y Barcelona juegan uno de esos partidos que tanto nos gustan a la mayoría. Esto nos tuvo entretenidos durante un largo rato mientras cenamos. Y así prácticamente llegó la hora de ir a descansar y terminar este primer día, no sin antes tomar un delicioso y relajante cubalibre en la terraza del restaurante disfrutando de la paz nocturna del Cerro y de la conversación de los compañeros. 

Las literas de la Cofradía de Cardeña, a la que agradecemos enormemente un año más el detalle de brindarnos sus instalaciones, nos esperaban para proporcionarnos el descanso necesario con el que retomar la ruta al día siguiente lo suficientemente descansados. De nuevo llevar tapones para los oídos fue un acierto. La experiencia me dice que las noches en La Virgen suelen ser muy animadas y este año no fue diferente. Como bien dice Juan Gorbano ¡La noche que nos dio el tío del tambor¡

2ª Etapa - De La Virgen a Cardeña por Marmolejo:

Es el segundo día de este magnífico fin de semana. Tras levantarnos sin pensárnoslo mucho recogemos todo, desayunamos y sin perder tiempo abandonamos La Virgen. Ponemos camino a Marmolejo. Esta parte de la ruta es una de las más bonitas del todo el recorrido por sus paisajes. El color verde predomina y los valles por los que vamos pasando transmiten una sensación de tranquilidad y paz que me llenan enormemente. 

Tras salvar un paso lleno de piedras, que tuvimos que hacer con las bicis echadas al hombro y tras una larga subida, abandonamos El Lugar Nuevo.

Hacemos una parada para tomar el bocadillo, barritas energéticas y demás alimentos que serán la gasolina que no servirán para afrontar la posterior subida de los Rasos.

A continuación reanudamos la marcha. Lo hacemos por la ancha pista de la Centenera. Es una vertiginosa bajada, bastante larga y que lleva al puente renacentista de Marmolejo.

Al llegar allí nos abandonaron Juan Luis y Fran. Uno por motivos familiares y otro por unas inaguantables molestias en los isquiones.
Llegado a este punto casi todo lo que nos quedaba era subida y subida de la buena. El calor empezaba a notarse y detenernos en un Ventorro para recargar agua fresca fue una buena inyección de moral para enfrentar la subida del Alto de Españares con garantías.

A partir de ahí se abrió la caja de los truenos y empezamos con los pequeños piques, que por qué no decirlo, también forman parte de este deporte y tienen su propio atractivo. El gran premio de la montaña de este etapa comenzaba y poco a poco provocó que se fuera desmigando el grupo. Aquí cada uno fuimos manteniendo el ritmo que mejor nos venía. Como siempre comencé reservón y observando a los demás, cogiendo siempre rueda de los escaladores. Jorge tomó el protagonismo inicial con una valiente escapada que duró hasta pasados Los Rasos, donde después de un apretón conseguí dejar a Pepe y a Manolo y darle caza al señor presidente. Finalmente conseguimos coronar los dos juntos y orgullosos el Alto de Españares.

Después de reagruparnos otra vez todos, continuamos hasta llegar a La Venta del Charco, donde nos tomamos unos frescos botellines. 

Después de refrescarnos salimos hacia Cardeña. Aquí se notó la querencia y las ganas por llegar de algunos formándose pequeños grupos tras unos abanicos hasta llegar a la entrada de Cardeña donde por un mal entendido nos separamos, unos hacia el Centro de Recepción de Visitantes donde Inma gentilmente nos invitó a una cervecita con una tapa de un riquísimo salmorejo, otros hacia la plaza y otros hacia Los pinos para hacerse la tradicional foto de llegada junto al Cartel del Premio de Embellecimiento del pueblo. 

Al final y tras volver a reunirnos ya en el pueblo continuamos recuperando líquidos en El Pipa y en El Soca, patrocinadores ambos del club. Allí acabamos comentando muchas de las cosas ocurridas durante estas dos maravillosas jornadas y haciendo ya planes para el año que viene.

De esta manera concluimos la IV Subida a La Virgen. Marcha que se consolida dentro del Club MTB Cardeña como una de las principales actividades que se llevan a cabo durante todo el año y que ha demostrado una edición más, ser un verdadero éxito y fuente de alegría, diversión y compañerismo para los integrantes que hemos tomado parte en ella.

Muchas gracias a todos. Gracias a Manolo Gómez, a Ricardo Gómez, a José Doncel, a Juan Gorbano, a Juan Luis Olmo, a Antonio Toledano, a Javier y a su amigo de Montoro, a Manolo Dávila, a Fran, a Jose Ramírez, a Justi, a Félix, a Jorge, a Curro y a Pepe. Ha sido un verdadero placer haber compartido con vosotros esta subida y haber disfrutado de vuestra entrañable compañía.

¡Viva la Virgen de la Cabeza¡


 
 
 

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